A inicios de esta semana, el senador de Tennessee Bob Corker manifestó que Donald Trump “no es un modelo para los niños del país”. Además cuestionó el hecho de que el máximo líder republicano tenga que rebajarse a un nivel tan extremo”. Y finalizó diciendo que Trump “degrada a nuestro país”.

Recientemente, otro senador republicano puso sus cartas sobre la mesa en contra de Trump. Se trata del senador de Arizona Jeff Flake, quien, al igual que Corker, tuvo el coraje de salir de la oscuridad republicana y manifestar abiertamente que es tiempo de que todos nosotros pongamos un freno a lo que está pasando en la Casa Blanca. “Suficiente (enough)”, dijo.

¿Será que los senadores republicanos salgan de su letargo político y denuncien a su jefe? Yo creo que es muy difícil. Tal vez se atrevan uno o dos, pero el resto tiene miedo a una base política republicana racista, sexista y antiimigrante.

Es que la base republicana es otra. Este partido político ya no pertenece al típico religioso conservador o aquella persona de clase media que apoyaba a un sector empresarial internacionalista y globalizador.

Una gran parte de la nueva base del Partido Republicano de hoy es la misma gente que anteriormente lucía atavíos blancos y una máscara enconada que aterrorizaba a la población afroamericana en los estados sureños.

Se puede decir que el senador Jeff Flake es descendiente directo de los ideales de Barry Goldwater, aquel senador de Arizona que fue conocido por su conservadurismo en la década de 1960 y 1970.

En su momento de popularidad, Goldwater fue altamente criticado por adeptos izquierdistas por su supuesta afiliación con la extrema derecha.

El fracaso de Barry Goldwater en las elecciones de 1964 y en elecciones posteriores produjo la eventual llegada del conservadurismo republicano de Ronald Reagan a inicios de la década de 1980.

Así como están las cosas, conservadores como Goldwater tendrían pocas oportunidades de tomar las riendas del Partido Republicano de hoy. Por su parte, Ronald Reagan, George Bush (padre) y George Bush (hijo) serían categorizados como líderes pro-inmigrantes, globalizadores, simpatizantes de los grupos islámicos, fracasados y políticos dominados por la izquierda nacional.

Falta un poco más de un año para las elecciones intermedias, en donde varios candidatos de los dos partidos políticos estarán compitiendo por un escaño en la Cámara Baja y en el Senado.

Actualmente Trump ha tenido problemas serios en pasar legislación en el Congreso a pesar del dominio su partido político en las dos cámaras. Si los demócratas retoman la batuta del Congreso después de las elecciones intermedias de 2018, Trump tendrá una verdadera pesadilla al final de su mandato presidencial.

Humberto Caspa, Ph.D., es profesor e investigador de Economics On The Move.             E-mail: hcletters@yahoo.com