Por: Damaris Caceres Mercado.

La lengua es un arma de doble filo. Puedes utilizarla según lo que abunda en tu corazón. Se utiliza para bendecir, para alabar, cantar, anunciar buenas nuevas, edificar, corregir, amonestar. Por otro lado también se utiliza para maldecir, hablar mentiras, burlas, calumnias, herir sentimientos, y destruir al prójimo como a sí misma.

Para mí, es sobremanera molesto, leer o escuchar a una persona jactanciosa. Para ser precisa, no es molestia realmente lo que siento; es lástima, y mucho más cuando se sabe la realidad de la persona. ¡Pobre! ¡Qué baja autoestima tiene! ¡Ni hablar de la persona que cree saberlo todo! ¿Qué me dicen de esas personas que se ahogan en un problema, pero cuando humildemente se intenta aconsejarle, siempre tienen algún obstáculo para no aceptar el consejo? También están esas personas que dicen tener preparación académica de aquí y de allá, cuando realmente no tienen ni un cuarto año de escuela superior.

También están esas personas que sólo buscan los defectos de los demás y no se miran en un espejo. Como dice la biblia… “¡no hables de la paja del ojo de alguien más cuando tienes una viga o árbol en el tuyo!”

Hay algunos que se inventan los chismes que no saben. Pero todas las malas acciones tienen sus consecuencias y esas personas ¡están cavando su propia tumba!

La lengua es una parte del cuerpo humano muy importante. No tiene hueso. No corta. Es muy sensitiva. A pesar de todo puede destruir una vida inocente, como también animar o salvar a un necesitado. Depende del uso que le demos según nuestra mentalidad.

Si eres de mentalidad mediocre, puedes hacer mucho daño,  pero si eres sabio/a, salvarás y cambiarás muchas vidas.

Es por eso que se debe ser feliz con lo que se es. Debemos ser felices con lo que tenemos, y lo que hemos logrado… ¿por qué? Porque no hay mejor almohada que una conciencia limpia y una lengua descansada. Podemos ser esclavos de nuestras palabras, o dueños de nuestro silencio.

Bendecidos sean todos y que este nuevo 2015 sea uno lleno de positivismo, salud y mucha paz en sus vidas, les desea este su servidora, Damaris Caceres Mercado.